Monologueando una miqueta

Hay cosas típicas que me desasosiegan el sosiego. Ahora mismo, por ejemplo: Estudiar.

Soy estudiante, aunque algunos no lo crean ‘publicidad y relaciones públicas’ es una carrera, y también se estudia. Pero ¿qué pasa? Que no es difícil, y si a eso le sumas que tengo una motivación nula cuando me siento a estudiar pues luego pasa lo que pasa.

No sé si alguna vez os habrá pasado, yo hablo desde la voz de la experiencia. Tú tienes un examen de… historia, por ejemplo ¿todos hemos estudiado alguna vez historia, no? El que no lo haya hecho no sé, que piense en geografía o derecho o materiales (para los arquitectos). Bueno, que el examen lo tienes el día 10. Y estamos a día 20 del mes anterior. Tú sabes que si empiezas ya bordas el examen fácil ¿pero qué pasa? Que te dices a ti mismo: Tengo tiempo de sobra…

Y con la tontería te plantas en el día 1, a menos de dos semanas del examen. Y aun así te dices: Mañana empiezo. Pero mañana te llaman para ir a tomar unas cañas. Y dices: Un día tampoco pasa nada. Pero sí pasa. Y es que hacemos lo que sea para evitar el momento de enfrentarnos al libro y nos auto-convencemos de que podemos sacarlo. Si son 12 temas te dices: Hoy del 1 al 3, mañana del 3 al 6… Y así sucesivamente. Pero ¿qué pasa? Que del 1 al 3 son muy rápidos de leer porque son introductorios, los lees una vez y te dices ‘’esto ya me lo se’’.

A medida que van avanzando los temas empieza a hacerse duro estudiarte 3 temas en un día, así que pasas a saltarte partes que piensas que no son importantes. Te las lees y dices ‘’esto es fácil’’, ‘’esto también’’, esto… esto me lo apunto en la mesa antes del examen y me acuerdo fácl.

Total, que nos plantamos a dos días del examen. Tienes mogollón de cosas que te quieres escribir en la mesa, de las cuales sabes de sobra que se te olvidarán la mitad. Si eres sincero contigo mismo no te sabes una mierda. Pero te motivas y te dices ‘’si que te lo sabes, tranquila’’. Quisieras tener un día para repasarlo todo antes del examen, pero ese día te fuiste a tomar cañas.

Aquí es cuando te entra el arrepentimiento, empiezas a odiar a tu ‘’yo de ayer’’.

Si, vuestro ‘’yo de ayer’’ yo lo odio muchísimo. Mi ‘’yo de ayer’’ me cae fatal. Cuando tengo que hacer algo y pienso ‘’ya lo haré mañana’’. Siempre apelando a mi ‘’yo de mañana’’. ¿Qué pasa? Que siempre le echo la culpa al ‘’yo de ayer’’. Si ayer lo hubise hecho ahora podría estar haciendo otra cosa… ¿por qué no lo hice ayer? ¡Es que soy imbécil! ESTO NO ME VUELVE A PASAR.

Pero siempre te vuelve a pasar, eso es así.

Bueno, que estamos ya en el día antes del examen, hay un montón de cosas que no te has mirado, te intentas convencer de que no saldrán seguro. Te pones a estudiar como una puta (en mi caso) y se hacen las dos de la mañana. A las 9 es el examen. Y claro… aquí entra el factor sueño.

En realidad la mayoría de las veces no tienes sueño, pero lo quieres tener para dejar de estudiar. Y es entonces cuando dices: Me acuesto ahora y a las 6 me levanto y me pego una repasada final, me tomo un café y voy al examen más fresca que una rosa.

Te metes en la cama, cierras los ojetes, y a dormir. CÓMO SE GOZA ESE SUEÑO PROFUNDO, EH!. Pero la gloria dura poco. Cuando parece que has dormido 15 minutos suena tu despertador y dices: PERO CÓMO ES POSIBLE QUE SEAN YA LAS 6?! 15 minutitos más…

Aquí hay una bifurcación de actitudes:

Está, por un lado, la gente que se levanta a las 6, se lava la cara, se pone cara el libro y empieza a ‘’estudiar’’. Aunque en realidad está todo el rato mirando de refilón la cama, pero aguanta la tentación. Te lees los temas importantes lo más por encima que puedes, te convences de que te lo sabes, miras el reloj, son las 7’15. Has estudiado 1 hora más o menos. Miras la cama y dices ‘’PUEDO DORMIR UNA HORITA MÁS’’.

Te acuestas en la cama y... ¡Ohhh Dios! Esa horita sí que se agradece. Es uno de los grandes placeres de la vida. Pero te estás cabreando con tu ‘yo de ayer por la noche’ porque en realidad estabas fresca para estudiar y te acostaste por vaguería. Y te dices: ¡Esto no me vuelve a pasar nunca! Y cuando vuelve a sonar el despertador te levantas con cara de perro que acaba de oír un ruido, abres los ojos (yo más, que para eso son más grandes) y dices ‘’¡¡llego tarde!!’’. Miras el despertador y son las 8’15. Te vistes, y te vas al examen.

Por otro lado está la gente que a las 6 dice: ‘’5 minutitos más’’. Entonces ¿qué pasa? Que te levantas a las 8 sin comerlo ni beberlo, te levantas inexplicablemente (tu reloj interior te avisa cuando le sale de las pelotas), das un salto de la cama Y AHÍ SI QUE TE PILLAS UN REBOTE CON TU ‘YO DE AYER’ Y CON TU ‘YO DE HACE DOS HORAS CUANDO HA SONADO EL DESPERTADOR’ que te cagas en todo lo cagable. No has tenido tiempo de repasar. Ayer deberías habértelo mirado. Qué asco das, empiezas a fustigarte a ti misma y a convencerte de que te lo tienes merecido, de que vas a suspender y que eso es lo que te hacía falta para espabilar.

Inciso porque sí: ¿Tienes fuego?

Aquí entra el factor ‘’me presento o no me presento’’. Si te presentas y no te lo sabes te vas a joder como te mereces. Si no te presentas y salen cosas que te sabes te vas a cagar en la puta de bastos (soy muy bien-hablada, lo se). ¿Qué haces?

Y aquí es donde entra tu propia motivación, te animas a ti misma y dices: Me lo sé. Me lo sé. Me lo sé. Pero no miras los apuntes, por si acaso…

Y entonces llegas al examen. No te sabes una mierda. Te crees que sí, pero no. Y entra el factor ‘’la gente que ha estudiado’’. Están todos con sus apuntes encima de la mesa repasando y tú como una loca escribiendo en la mesa todo lo que no te sabes, que eso parece una biblia en verso (que si llegas cuando ya está la profesora y no te da tiempo ahí sí que te entran ganas de llorar como una cría pequeña).

Y empiezas a oír a tus compañeras de clase recitarse apartados que ni te suenan y te acercas a ellas y les dices: ‘’ay! De eso no me acuerdo muy bien… A ver dímelo para que lo recuerde mejor’’ Cuando termina te quedas igual que estabas, pero más cagada si cabe.

Entonces llega la profesora. Y tú con tus dos huevos toreros no tienes ni zorra pero con más chulería que nadie te plantas, pones tu nombre y aquí pueden pasar tres cosas.

Que no tengas ni idea, dejes tu orgullo a un lado y digas: No me presento. Te levantas y te vas con un mosqueo contigo misma que te haces la cabeza como un bombo hasta que llegas a casa y te vuelves a acostar a dormir. Y después dar explicaciones de que no te has presentado y la gente te dice ‘’pero si habías estudiad, no?’’ Y como te sientes mal diciendo ‘’No he estudiado una mierda en verdad’’ Dices: ‘’ya, pero era súper difícil’’. Y te avergüenzas de ti misma.

Que te lo sepas y te salga de puta madre y digas: ¡Ole mis huevos! Te vuelves a casa con una sonrisa de oreja a oreja y cuando te preguntan por el examen dices (con un orgullo que te rebasa la mente): ‘’De puta madre! Y eso que no he estudiado casi nada’’. Y te quedas más ancha que larga.

Y la tercera opción, que te salga regular. Te vas comiendo la cabeza pensando que lo has hecho bien, te motivas pensando que si, que si que puedes aprobar. Y a medida que va pasando el día te vas auto-convenciendo de que en realidad te ha salido de puta madre (sin haber mirado los apuntes, claro, porque como descubras que no son las respuestas que debían ser te haces popó encima).

Y llega el día de la nota. Si has aprobado se te cae la baba. Pero como hayas suspendido… Como hayas suspendido lo primero que te viene a la mente es: ¿Pero por qué? Si yo me lo sabía. ¡¡AAAAAYYYY CÓMO NOS GUSTA MENTIRNOS A NOSOTROS MISMOS!!

Yo soy de las que suspende y va a la revisión, eso es así, un poco de penilla a tiempo te puede salvar el culo (improbable, sí, pero de ilusión también se vive). Y vas y el profesor te demuestra lo que ya sabías: que tu examen era una puta mierda. Y te vas cabizbaja. Con tu suspenso y con una dosis de humildad que era necesaria para bajarte los humos.

Pero ¿sabéis lo que me pasó a mí una vez? He tenido el sueño de cualquier persona en este mundo. No, no he nadado con delfines en la misma piscina que Bradd Pitt ni me he fumado un porro con Robe de Extremoduro. Me han aprobado por la cara.

Suspendí un examen de la universidad que era tipo-test. Para los que no lo sepan, si suspendes un tipo-test no hay cristo que te apruebe porque la máquina no miente, o está bien o está mal. Y mi examen estaba mal. Pues fui a hablar con el profesor, me puse a hablar con él. Me dijo que no había manera de que aprobara y que lo sentía y tal. Pues bueno, me quedé con él en el despacho hablando de puta madre de la carrera, de la vida… De todo un poco. Y ya tiro a irme y le digo ‘’Pues nada, nos veremos al año que viene, no pasa nada’’. Vuelvo a casa Y TENIA UN 5 EN LA NOTA FINAL. ¡¡To-to-toma!! Mi sueño hecho realidad. Ahora sueño con que se repita en muchos más exámenes, pero tampoco estaría eso bien para mi ego, que ya lo tengo yo solita bastante hinchado y como me des coba… malamente!

Por supuesto todo lo que os he dicho me ha pasado, todas las opciones posibles las he vivido. ¿Y sabeis una cosa? En cada examen me pasa exactamente lo mismo.

Necesito un ‘’yo del futuro’’ que me advierta.

Disfrutad siempre que podais del sol de invierno ^_^